martes, 7 de diciembre de 2010

El laberinto de la soledad. Octavio Paz

“Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me parece como un ser que se encierra y se preserva: máscara del rostro y máscara de la sonrisa. El mexicano está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de sí mismo”…“El mexicano puede doblarse, humillarse, “agacharse”, pero no “rajarse”, esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad. La resignación es una de nuestras virtudes. Más que el brillo de la victoria nos conmueve ante la adversidad”…“En nuestro territorio, más fuertes que las pirámides y los sacrificios, que las iglesias, los motines y los cantos populares, vuelve a imperar el silencio, anterior a la historia”.




Estos fueron los fragmentos que para mi describen la idea que nos quiso transmitir Octavio Paz, en este libro. Siendo así, puedo asociar dicha lectura de la construcción del mexicano mítico con los estudios de Joan Carles Mélich sobre el mito, del cual plantea que no puede definirse de ningún modo porque su modo de ser es siempre una reinterpretación.  Sin embargo, es un relato fundador de las interacciones e instituciones sociales, teniendo una lógica interna que da sentido a la comunidad. Así mismo, reorienta el pensamiento y la acción. La función del mito para Mélich responde a un carácter legitimador que garantiza la permanencia y construcción de una sociedad a partir de un valor supremo, es decir, cohesiona ilusiones colectivas. Sin el mito no es posible la vida social. “lo imaginario” es constructor de la realidad; por lo tanto el mundo es mítico. Para hablar sobre el significado del mito, Mélich advierte que la existencia humana necesita no solo lo personal sino también la colectividad; interacción con los otros (alteridad). Por lo que debemos ser, seres antropológicos, es decir, tener sentido en virtud de la participación en un relato ancestral. De esta manera, el mito en una repetición del acto originario fundamentador y legitimador con un sentido universal, es una narración del inicio de los tiempos, nos devuelve al origen.

Entendiendo así el mito, y si relacionamos lo expuesto en el libro de Paz con la actual celebración del centenario de la Revolución Mexicana, responde a lo planteado por Mélich, ya que, como podemos observar dicha celebración tiene como propósito reutilizar el discurso de un “México consolidado en un estado Nacional” que resalta la mexicanidad de la que nos debemos sentirnos orgullosos, es decir, sentirnos parte de esa colectividad que la Revolución Mexicana nos brinda. Así mismo, el gobierno haciendo uso de su historia oficialista, la cual con tantos actores sociales convertidos en verdaderos personajes heroicos, alude a un relato mitológico, le permitirá legitimar su poder intentando garantizar su permanencia en la construcción de una sociedad mexicana “más solida”. La idea de un México mitológico.

Thelma Amaya Hernández.

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