martes, 4 de enero de 2011

CULTURA E IDENTIDAD

La cultura se considera como una dimensión general de la vida social, y también como una variedad de mundos y creencias; además este concepto parece proporcionar la respuesta para la comprensión de la diferencia de los pueblos y pensar la unidad de la sociedad.
Sin embargo, en la actualidad nos encontramos en un proceso a nivel mundial denominado globalización, que es rasgo distintivo de este siglo, el cual,  ha tenido como consecuencia un aceleramiento del modo de vida.
La rápida expansión de las invenciones científicas y tecnológicas en el campo de la comunicación, la biotecnología y la microelectrónica por decir algunas; estas novedades tecnológicas imprimen mayor velocidad a la producción y permiten compartir ideas, bienes y servicios.  Pero se cree que esto se consigue a costa de nuestras identidades.
Las políticas sociales de las diferentes naciones como es el caso se México, dependen cada vez mas de la situación económica del mundo, los Estados ajustan los intereses sociales a los de las empresas, ello por la necesidad natural de aumentar la competitividad de la economía nacional.
Esta situación implica una presión sistemática en la educación y en la cultura, porque es aquí donde se producen transformaciones, ya que se requieren formas y medios para responder a las expectativas y nuevas necesidades de la sociedad.
Con lo que podría llamarse “una  cultura de la tecnología” donde en el sistema educativo es imperativo que los niños sepan ya manejar las nuevas tecnologías y asi poder ser funcionales. Si bien el numero de usuarios de la información se ha multiplicado, estos siguen siendo una minoría.
Esto se traduce en  una tendencia homogenizadora de los estilos de vida que se observa en el modo de vestir e incluso el  lenguaje,  en donde el ingles se ha transformado como la lengua oficial para comunicarse en el mundo. Por supuesto hay quienes se “resisten” a la globalización, entonces, ¿se puede especular que se ha dado una lucha por preservar la identidad y la cultura?; ¿pero que se entiende por identidad? ¿es lo mismo que cultura?  Al mismo tiempo ¿Qué es cultura?  Para poder comprender si en verdad se están perdiendo identidades  es necesario definir estos conceptos.

La noción de cultura
La noción de cultura es de cierta manera muy ambigua, y se puede interpretar de diversas maneras y según el lugar en donde se encuentre, por lo que para una definición  o un término mas adecuado, la llamaremos cultura occidental, puesto que es en occidente donde se crea este concepto. Se puede hablar de distintos conceptos de la cultura; primero el “clásico”, y después con el nacimiento de la antropología (concepto científico), lo que J. Thompson definirá como la concepción  descriptiva y la simbolica[1].

Esta palabra ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, tal parece que su antecedente se produjo en la lengua francesa en el siglo de las luces. “cultura” es una palabra antigua que provenía del latín cultura y que hacia referencia al cuidado del campo y del ganado, después a la tierra cultivada.
Significaba en primer termino, un estado de las cosas, la tierra esta cultivada; pero después tomara otra concepción,  ahora significa una acción, el hecho de cultivar la tierra. Cuando eso sucede se le utiliza metafóricamente, así como se cultiva la tierra, se tiene que cultivar el espíritu.
Entonces termina por ser usada para designar la “formación”, la “educación” de la mente; y una vez más, pero ahora en forma contraria,  se va a pasar de la cultura como acción, es decir, de instruir a la mente, a cultura como un estado: la mente cultivada.
La cultura va a ser la suma de los saberes acumulados y transmitidos por la humanidad; y en la ideología de las luces la palabra se va a asociar a la idea del progreso, de la evolución de las personas, de educación, de razón, específicamente lo que se denomina una civilización.
Cultura y civilización serán utilizadas como una misma concepción o sinónimo, los países que no tengan cultura, serán identificados como atrasados o primitivos, cultura es educación, y educación es progreso que lleva a la civilización.
En Alemania tenían una palabra homologa: “Kultur”, pero para los alemanes, cultura significa otra cosa, todo lo que se origine en lo autentico y contribuya al desarrollo intelectual y espiritual será considerado como cultura; mientras que civilización será todo aquello que no es mas que apariencia brillante, ligereza, refinamiento superficial. Por lo tanto la cultura se opone a civilización.
Esto era por que en Alemania la burguesía y la aristocracia no tenían vínculos estrechos como en Francia, pues la burguesía estaba alejada de cualquier acción política y esto iba generando un resentimiento, especialmente de intelectuales; la aristocracia alemana no se preocupaba por las artes y la literatura y la mayor parte del tiempo imitaban las maneras “civilizadas” de la corte francesa como ceremonias y el uso del lenguaje francés.
Los alemanes buscan una rehabilitación del alemán, aun no existía una unidad nacional, por eso la burguesía va a buscar esta unidad por medio de la cultura, que será una marca distintiva de la sociedad alemana, mientras que civilización evoca mas a Francia. La noción de cultura tiende a una delimitación y consolidación de diferencias nacionales.
Sin embargo, a pesar de la influencia alemana, la cultura es en un sentido colectivo, la cultura de la humanidad, la idea de unidad prevalece sobre la conciencia de la diversidad, mas allá de las diferencias observables entre la cultura alemana y la cultura francesa, existe la unidad de la cultura  humana.
Las particularidades culturales se minimizan, no se admite la concepción de una cultura ante todo nacional y se rechaza la oposición que hacen los alemanes entre cultura y civilización.
La concepción descriptiva esta representada por Eduard B. Taylor, se llama descriptiva porque el interés estaba marcado por la descripción etnográfica de las sociedades. Para Taylor,  la cultura era considerada como el conjunto de creencias, costumbres, leyes, formas de conocimiento, etc., que todos los individuos como miembros de la sociedad las adquieren.
Taylor  considera que la cultura esta sujeta a un proceso de evolución lineal según etapas bien definidas e idénticas por las que tienen que pasar todos los pueblos, aunque con ritmos y velocidades diferentes, es decir, el punto de partida seria la cultura “primitiva”.
La concepción simbólica aparece con Clifford Geertz, la que retomaran otros autores y modificaran;  la cultura se define como una telaraña de significados o estructuras de significación, la cultura es ese conjunto de enlaces que constituyen el horizonte de significados a partir del cual nos movemos y existimos[2].
La cultura es un entramado de estructuras significativas: como son los sistemas simbólicos y sígnicos, lenguaje y modos de significado y de interpretación.
Cada sociedad  tiene su propia cultura (su particular mundo de vida) y el significado de las acciones sociales viene dado por cada mundo de vida. El hombre es el ser en busca de sentido, lo sígnico no basta, para dar sentido a la vida, es necesario lo simbólico; lo simbólico tiene dos elementos básicos son: el mito y el rito[3].
El hombre posee en su estructura  biológica la necesidad simbólica, es biológicamente cultural  y biológicamente simbólico,  en el mundo de la vida no hay hechos naturales  sino hechos interpretados, simbólicos.
La cultura se construye en función de lo simbólico y a su ves tiene tres elementos que se repiten en todos los mundos: violencia, sexo y muerte: estas se comprenden del universo simbólico: símbolo, mito y rito.
La cultura  se encuentra en todas las manifestaciones de la vida, ya sea individual o colectiva; la dimensión simbolica esta en todas partes, en el discurso, en el mito, el rito y en el dogma;  en los gestos, modos de hablar, la postura corporal, incluso esta incorporada en las cosas, como diversos artículos y artefactos.
El concepto de cultura será estudiado por diversos investigadores como antropólogos, sociólogos o etnólogos. Algunas definiciones remarcan aspectos como el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres o hábitos adquiridos por el hombre; en tanto miembro de una sociedad, la cultura es la expresión de la totalidad de la vida social del hombre.
El concepto de identidad
Este concepto va de la mano con varias categorías de la sociología, como la cultura, normas valores, estatus, socialización, educación, roles, clase social, territorio y región, genero, etc. La identidad constituye un elemento vital en la vida social, podría decirse que sin ella no existiría la sociedad.
La identidad suele abordarse desde una perspectiva del sujeto individual,  para la psicología la identidad es una herramienta que permite pensar la articulación de lo psicológico y de lo social en el individuo, es la resultante de las diversas interacciones entre el individuo y su entorno social[4].
La identidad social de un individuo se caracteriza por el conjunto de sus pertenencias en el sistema social; es decir, la pertenencia a una clase sexual, una clase etaria, una clase social, una nación, etc; que le permite al individuo ubicarse en el sistema social y al mismo tiempo sea ubicado socialmente[5].
Esto significa que la identidad social es al mismo tiempo inclusión y exclusión, es decir, serán miembros del grupo los que son idénticos en determinadas características, y se distinguen de los demás grupos al ser diferentes características, distinción basada en la diferencia cultural.
La identidad tiene que ver  con la idea de cómo nos vemos nosotros y como nos ven los demás, se hacen comparaciones, se buscan semejanzas y diferencias; cuando encontramos semejanzas se piensa en que se comparte una identidad. La auto identificación también requiere ser reconocida por los demás sujetos con los que interactuamos, la identidad no es individual, si no colectiva.
La identidad contiene elementos de lo socialmente compartido (semejanzas con los demás); la autoidentificación del sujeto tiene que ser reconocida por los demás sujetos para que exista socialmente, es decir, que se busca un reconocimiento, nuestra identidad es definida por los otros.
La identidad es siempre una relación con el otro, la identificación se produce con la diferenciación; pero de aquí surgen las discrepancias  entre la imagen que se forma uno mismo y la imagen que tienen los demás de nosotros, e incluso, algunos que disponen del poder o autoridad pueden imponer sus propias definiciones de ellos mismos y de los otros.
Bordieu explica que quienes poseen el capital simbólico (Bourdieu identifica cuatro tipos de capital: el capital clásico (económico); capital social (relaciones, contactos, prestigio); capital cultural (conocimientos y  habilidades que se adquieren a través de la familia y las instituciones escolares y capital simbolico) tienen el poder de hacer cosas con palabras, es decir,  construir la verdad e imponer una determinada visión del mundo social; establecer los criterios de diferenciación social, y de clasificar y construir los grupos sociales[6].
Los sujetos  son  conscientes que aunque estén sometidos a determinismos contribuyen a reproducir la eficacia de aquello que los determina en la medida en que ellos estructuran lo que los determina; ¿Por qué aceptan tal dominación?
Bourdieu utiliza otro concepto, el habitus[7]; la sintonía entre campo y habitus es lo que permite construir el concepto que legitima el orden social. El habitus es el conjunto de modos de ver, de sentir y de actuar que, aunque parezcan naturales, son sociales, es decir,  están moldeados por las estructuras sociales, se aprenden; hablar de habitus es colocar lo personal como colectivo.
Esto es lo que llama “violencia simbólica”, se define el problema, la violencia simbólica es aquella forma de violencia que se ejerce sobre un agente con la anuencia de este, una acción pedagógica que se lleva por medio de tres vías: la educación informal (la relación de un grupo de amigos, vecinos, etc.); la educación familiar; y la educación institucionalizada (como la escuela).
El individuo necesita identificarse y legitimarse en la vida, por lo que los ritos de institución, como el bautismo,  la graduación o la entrega de un diploma, etc., son ceremonias que parecen dotar a la vida de una función social conocida y reconocida, y su ausencia lleva a la perdida de la identidad social.
Entonces, la identidad es lo que se pone en juego en las luchas sociales; todos los grupos no tienen el mismo poder de identificación, pues este poder depende de la posición  que se tenga en el sistema de relaciones que vincula a los grupos. La autoridad legítima tiene el poder simbólico de hacer reconocer sus categorías de representación de la realidad social y sus propios principios de división del mundo social y por eso mismo, de hacer y deshacer los grupos.
El grupo dominante tiene el poder para clasificar a los grupos subalternos, identificados a partir de características culturales externas, esto puede provocar su marginación.
La cultura selecciona significaciones no universales y arbitrarias y las presenta como universales y objetivas. Nacimos dentro de un mundo social en donde aceptamos postulados y axiomas, los cuales no se cuestionan.
El Estado y la identidad
En la formación de los estados, como en el caso de México,  la identidad se volvió un asunto de Estado, el cual  se comporta como gerente de la identidad en donde se instauran reglas y controles, tendiendo a la monoidentificación que,  aunque se admite cierto pluralismo cultural en la nación, define una identidad de referencia, la única o legitima; por lo que la ideología nacionalista es una ideología de exclusión de las diferencias culturales.
México en su composición social, está formado por diferentes etnias, desde la implementación de las medidas de la reforma de 1857, la comunidad indígena campesina ha sido objeto de las políticas de modernización del estado mexicano.
La eliminación de la propiedad comunal de estas comunidades y su supuesta conversión en propiedad privada, posteriormente la Revolución Mexicana buscó la modernización del país, por lo que adoptó una serie de políticas que calificaron como “Modernización y aculturación”[8]
Una de las condiciones para el mejoramiento socioeconómico de la población indígena sería la destrucción de su concepto y de su vivencia de integración comunitaria; la integración a la colectividad nacional implicaría necesariamente la desintegración de la comunidad indígena, la destrucción de sus pueblos.
En la idea de homogenizar al país, formar una nación, nos encontramos en conceptos tales como identidad y nación en un país multicultural al que trata de educarse en forma lineal, formarlo en un mismo sentido y crear una nación con una identidad para poder auto nombrarse moderno.
Esto desde los comienzos de la Nueva España, pues los criollos comienzan a desarrollar por diferentes motivos un sentimiento de especificidad respecto a la corona española, sentimiento que se convierte poco a poco, en conciencia de una nueva nacionalidad, antes, incluso de la idea de la independencia, por lo que los criollos piensan en forma distinta a los de España, intereses u maneras de vida distintos.
Una forma de vida se expresa en ciertos modos de vivir, el rechazo a otros, obediencia a ciertas reglas, el seguimiento de ciertos usos y costumbres. También se manifiesta en una lengua común, objetos, ritos, creencias, instituciones sociales.
Aquí, debemos de ver a la Nación como un grupo de personas que decide vivir y perdurar como comunidad, asumir una forma de vida, incorporarse a una cultura, integrarse.
La identidad de la Nación Mexicana, será la base para la educación y la formación del país. El concepto de identidad puede variar, en este sentido general, puede señalar los aspectos que distinguen algo de los demás y determinar los aspectos que permiten asegurar que ese algo sigue siendo el mismo aún en distintos momentos.
Identificar a un pueblo sería entonces señalar ciertos aspectos que permiten reconocerlo frente a los demás, así como territorio ocupado, su composición demográfica, lengua, instituciones sociales, rasgos culturales, estableciendo la unidad a través del tiempo y de su memoria histórica, la persistencia de sus mitos.
Entonces, la identidad está constituida por un sistema de creencias, actitudes y comportamiento que le son comunicados a cada miembro del grupo por su pertenencia a él consiste en un modo de sentir, comprender y actuar en el mundo y en formas compartidas, saberes transmitidos, lo que entendemos por cultura, el problema de la identidad de los pueblos remite a su cultura.
La preservación de la propia identidad es un elemento indispensable de la resistencia a ser absorbidos por una cultura dominante. Resistencia que adoptarán las comunidades, primero en la corona española, después con las leyes de reforma, el porfiriato y la revolución.
Pues estas comunidades tenían su propia identidad, su cultura propia y el estado buscaba destruirlas e imponer otra identidad a la nación, una sola identidad en todo el país, una sola cultura.
Un pueblo entendido como el conjunto de individuos iguales en derechos; desaparecer las distinciones entre sujetos de pueblos diferentes dentro del estado; ya no hay criollos, ni castas, ni indios, todos son ciudadanos.
La constitución del nuevo estado es obra de un grupo de criollos y mestizos que se impone a la multiplicidad de las etnias y regiones del país, sin consultarlos. Los pueblos indios no son reconocidos en la estructura política y legal de la nueva nación, el indio no existe.

¿Perdida de identidad?
La identidad implica, en cierto sentido,  la relativa estabilidad en el tiempo de un sujeto, sin la cual, la interacción social seria simplemente inconcebible, pero también se habla de cambios en la identidad. Esto porque la globalización ha traído  cambios rápidos a causa de la revolución tecnológica.
La industrialización y la urbanización han introducido mayor complejidad en la sociedad. Estos cambios han erosionado de manera dramática la estabilidad de las bases sociales y culturales que anteriormente sustentaban las identidades.
El proceso de globalización ha tendido a producir una creciente homogeneidad entre la gente debido al consumismo global resultante de la circulación mundial de una gran variedad de productos, incluso de mayores opciones en materia de identidad, pues se puede observar que  algunas personas que viven juntas o que pertenecen a un mismo grupo social pueden tener identidades completamente diferentes.
Sigmunt Bauman[9] dice que la globalización ha tenido un efecto pluralizador sobre las identidades, produciendo una nueva variedad de posibilidades y posiciones de identificación.
Para el, la identidad se ha fragmentado y ha perdido toda base estable, transformándose en materia de opción, es decir, que los individuos pueden cambiar de identidad cuando y donde quieran a causa de que la sociedad esta llena de incertidumbre, Bauman dice: “en las sociedades posmodernas el cambio es tan rápido que nadie puede estar seguro de que ciertas posiciones particulares e incluso ciertas profesiones existirán todavía dentro de diez o vente años”[10].
Esto significa que las personas no pueden buscar una identidad única y requieren de nuevas estrategias de vida, por ello es que se cambia de identidad a voluntad, pues de quedarse en una permanentemente puede arriesgarse a convertirse en obsoleta esa identidad.
Sin embargo, la libertad de elegir entre distintos modos de vida es de acceso restringido, pues queda fuera del alcance de la mayoría y esta condicionada por la estructura de clases.
Tal perece que una forma de preservar la identidad seria encerrarse, aislarse de las demás sociedades, pero resulta evidente que, si observamos detenidamente la historia de las sociedades, no se ha encontrado una cultura “pura”, es decir, que no haya tenido contacto con otras culturas.
Son muy pocas las culturas aisladas, pero esto no significa que no hayan tenido contacto alguno con otros grupos; desde los tiempos mas remotos, se han mezclado, superpuesto e influido recíprocamente.
En un mismo país caben formas culturales correspondientes a clases sociales, grupos y regiones diversas; no podríamos identificar a ninguna nación si no se admiten ciertos rasgos comunes de una cultura común, propia de la mayoría de los miembros, una forma de vida compartida, una forma de ver, de sentir y actuar en el mundo.
Como se vio anteriormente, toda identificación es al mismo tiempo diferenciación, una voluntad de marcar un limite entre ellos y nosotros, se trata de una frontera social simbólica. Lo que crea la separación es la voluntad de diferenciarse y la utilización de ciertos rasgos culturales como marcadores de identidad especifica.
Grupos muy cercanos culturalmente pueden considerarse completamente extraños unos de otros. Participar  de tal cultura particular no implica automáticamente tener tal identidad particular.
La identidad no se puede delimitar y definir porque es dinámica y multidimensional, es flexible. La identidad tiene variaciones, esta se construye y desconstruye y se reconstruye según la situación; esta en continuo movimiento, cada cambio social  la lleva a reformularse de una manera diferente.
Ni los individuos ni los grupos pueden hacer lo que se les ocurra con la identidad, y esta siempre será el resultado de la identificación que nos ponen los demás y que cada uno afirma.
 BALTAZAR VALLES









No hay comentarios:

Publicar un comentario