sábado, 4 de diciembre de 2010

LABERINTO DE LA SOLEDAD

El laberinto ha jugado un papel importante en las culturas antiguas, es aquel simbolo que nos permite perdernos, y llevarnos a una decision:  perderse, no  solo fisicamente si no perder incluso la conciencia o seguir derecho sin haber conocido nada. Octavio Paz sabe retratar perfectamente este sentimiento de sentirse perdido,  de sentirnos huerfanos de identidad.
El laberinto que nos lleva a un recorrido de la formacion del mexicano, un mexicano que reniega de  sus antecedentes, una madre violada y un padre que lo abandono, asi pues el mexicano no pertenece ni a sus raices aztecas ni  al mestizaje, superficialmente... Si ahondamos en sus rituales podemos percatarnos que tanto tiene influencias de una como de la otra, vemos como el mexicano prehispanico retumba en el sonar de las fiestas, entre el alcohol y los chistes, entre el sentimiento de pertenencia que se encuentra principalmente en las festividades, en ese momento que el mexicano cabisbajo y cansado levanta la cabeza para sonreir y sacralizar el momento, con la muerte rondando ahi entre comentarios y risas, la cual pareciera no tener diferencia alguna con la vida;  por el otro vemos como despues de la festividad se regresa al ambiente de las normas, de lo correcto, de lo que pesa pero tiene que realizarse. Asi se presenta nuestra historia como mascaras, ocultando lo que esta ahi, lo que uno no acepta, una autorepresion  que permite que se nos diga agachones, pues cargamos con una identidad repleta de conquistas de arrebatos y sometimiento.
Este libro de Paz, es perfecto para situarnos y recordarnos nuestro papel en la historia y hoy en dia, nos da cuentas del porue de la pasividad y el cansancio del mexicano, me parece que en tiempos como el presente es esencial leer este tipo de obras, ayuda a no sentirse solo en estos tiempos donde la identidad nacional e incluso como humano parece difuminarse. Relata Paz que se encontraba ensu casa con las señora que le ayudaba en la limpieza, el escucho ruidos y le pregunto ¿quien es?, ella respondio: Nadie Señor.

SHARON GARCIA SAENZ

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