miércoles, 8 de diciembre de 2010

EDUCACION Y CULTURA EN LA REV. MEXICANA

BALTAZAR P. VALLES
México en su composición social, está formado por diferentes etnias, desde la implementación de las medidas de la reforma de 1857, la comunidad indígena campesina ha sido objeto de las políticas de modernización del estado mexicano.

La eliminación de la propiedad comunal de estas comunidades y su supuesta conversión en propiedad privada, posteriormente la Revolución Mexicana buscó la modernización del país, por lo que adoptó una serie de políticas que calificaron como “Modernización y aculturación”

Una de las condiciones para el mejoramiento socioeconómico d la población indígena sería la destrucción de su concepto y de su vivencia de integración comunitaria; la integración a la colectividad nacional implicaría necesariamente la desintegración de la comunidad indígena, la destrucción de sus pueblos.

En la idea de homogenizar al país, formar una nación, nos encontramos en conceptos tales como identidad y nación en un país multicultural al que trata de educarse en forma lineal, formarlo en un mismo sentido y crear una nación con una identidad para poder autonombrarse moderno.

Esto desde los comienzos de la Nueva España, pues los criollos comienzan a desarrollar por diferentes motivos un sentimiento de especificidad respecto a la corona española, sentimiento que se convierte poco a poco, en conciencia de una nueva nacionalidad, antes, incluso de la idea de la independencia, por lo que los criollos piensan en forma distinta a los de España, intereses u maneras de vida distintos.

Una forma de vida se expresa en ciertos modos de vivir, el rechazo a otros, obediencia a ciertas reglas, el seguimiento de ciertos usos y costumbres. También se manifiesta en una lengua común, objetos, ritos, creencias, instituciones sociales.

Aquí, debemos de ver a la Nación como un grupo de personas que decide vivir y perdurar como comunidad, asumir una forma de vida, incorporarse a una cultura, integrarse.

La identidad de la Nación Mexicana, será la base para la educación y la formación del país. El concepto de identidad puede variar, en este sentido general, puede señalar los aspectos que distinguen algo de los demás y determinar los aspectos que permiten asegurar que ese algo sigue siendo el mismo aún en distintos momentos.

Identificar a un pueblo sería entonces señalar ciertos aspectos que permiten reconocerlo frente a los demás, así como territorio ocupado, su composición demográfica, lengua, instituciones sociales, rasgos culturales, estableciendo la unidad a través del tiempo y de su memoria histórica, la persistencia de sus mitos.

Entonces, la identidad está constituida por un sistema de creencias, actitudes y comportamiento que le son comunicados a cada miembro del grupo por su pertenencia a él consiste en un modo de sentir, comprender y actuar en el mundo y en formas compartidas, saberes transmitidos, lo que entendemos por cultura, el problema de la identidad de los pueblos remite a su cultura.

La preservación de la propia identidad es un elemento indispensable de la resistencia a ser absorbidos por una cultura dominante. Resistencia que adoptarán las comunidades, primero en la corona española, después con las leyes de reforma, el porfiriato y la revolución.

Pues estas comunidades tenían su propia identidad, su cultura propia y el estado buscaba destruirlas e imponer otra identidad a la nación, una sola identidad en todo el país, una sola cultura.

Un pueblo entendido como el conjunto de individuos iguales en derechos; desaparecer las distinciones entre sujetos de pueblos diferentes dentro del estado; ya no hay criollos, ni castas, ni indios, todos son ciudadanos.

La constitución del nuevo estado es obra de un grupo de criollos y mestizos que se impone a la multiplicidad de las etnias y regiones del país, sin consultarlos. Los pueblos indios no son reconocidos en la estructura política y legal de la nueva nación, el indio no existe.

En 1910, muchos campesinos se levantaron en armas para defender un modo de vida amenazado por la modernización, y los educadores tacharon de atrasado a ese modo de vida.

En los años finales del porfiriato, el país estaba en relativa modernidad, pues había un crecimiento económico, florecimiento de la minería, despegue de la industria, y creación de infraestructura, además de una extensa red ferroviaria.

Sin embargo, México como exportador de materias primas, situación que casi ha mantenido hasta nuestros días, hace que le país dependa del capital extranjero y de las fluctuaciones del mercado, que agudizó  las desigualdades sociales, y todo el peso del incipiente desarrollo económico recaía sobre la clase trabajadora, de la cual, casi en su totalidad desconocía el español, pues México es un país multicultural, y mucho menos, si desconocían el español, era imposible que supieran leer y escribir.

Ese era un obstáculo para lograr el progreso; y la educación era la llave y base para el progreso y desarrollo, para lograr la unidad nacional.

Aunque el número de escuelas había aumentado, el sistema educativo no logró beneficiar a la población en materia de ecuación, a pesar de que la educación debía ser obligatoria y laica; entendiendo la laicidad como libertad e igualdad, libertad de conciencia, la cual no está sometida a ningún credo obligado, la igualdad es la que corresponde al ámbito de las preferencias espirituales personales. El término laica era sinónimo de neutral, nunca religioso o sectario.

En el gobierno de Porfirio Díaz, Justo Sierra promulgó en 1908 la le sobre la educación su laicidad, obligatoriedad y gratuidad; pero como sabemos, México era eminentemente rural y la obligación de la ecuación era sólo para los que tenían una escuela cerca y no tuvieran la necesidad de trabajar, lo que dejaba fuera a prácticamente toda la población rural infantil.

La educación entonces era privilegio de unos cuantos, quedaba al margen de su pobreza y la ley que hacía obligatoria la educación elemental era casi siempre letra muerta; la enorme pobreza hacía imposible extender la educación al campo.

En los últimos años del gobierno de Porfirio Díaz, las ideas de libertad, justicia y democracia que eran difundidas por los maestros se habían extendido a un amplio sector de la población.

Ya se anunciaba una crisis del porfirismo, pues ocurrió una devaluación del peso, caída de los precios internacionales, había sequía, inconformidad por parte de los industriales; además del despojo de tierras a los campesinos que provocaron descontento.

La lucha armada afecto de manera distinta  a las diferentes regiones del país; a pesar de los severos problemas, los gobiernos centrales y estatales salvaguardaron los logros educativos del porfiriato y dieron pasos a favor de un sistema de educación popular. Pero como consecuencia de la guerra, el presupuesto a la educación sufrió un recorte.

Durante el breve gobierno de Madero, se caracterizó por las buenas intenciones, pues mostró su interés en mejorar e impulsar la educación y que esta atendería los contrastes sociales, aún así, esto fue muy difícil para la educación, pues había escasez de material, un corto período del año escolar y un alto índice de deserción.

La ecuación, desde hace tiempo, se ha visto afectada por falta de fondos.

Anteriormente, Justo Sierra consideró a la escuela como desfanatizadora de los mexicanos mediante una comprensión científica del universo, además los alejaría de vicios como el tabaco, el alcohol y los juegos de azar. En el levantamiento revolucionario, Salvador Alvarado, constitucionalista de Yucatán tenía un nuevo enfoque.

Compartía una crítica a la educación porfirista, vista como autoritaria y alejada de la vida diaria. Pensaba en una pedagogía educativa de la acción, adaptada a teorías europeas y estadounidenses.

Las escuelas debían será la aire libre, con jardines, talleres y campos de juego; los niños aprenderían haciendo, las niñas asistirían a la escuela con los niños y ambos aprenderían lo mismo. Esta pedagogía fue adoptada en 1923 como política oficial, y su objetivo era de tipo integradora y productivista.

Solo que por parte de algunos educadores había un rechazo hacia las razas indígenas, calificándolos como inferiores, decadentes. También se habla de una infantilización del campesino, se les negaba el conocimiento, la cultura y racionalidad, considerados ignorantes, ineficientes y violentos. Costumbres que obstaculizaban el aumento de la capacidad productiva.

Los reformadores sociales, en  tendencia conservadora, pensaban que el problema era el aislamiento y no las estructuras de poder que limitaban el acceso a los campesinos a la tierra y al comercio. La política educativa hacía énfasis en la integración de las comunidades a la economía de mercado.

La política educativa de finales de los veinte cambió cuando la SEP intervino en la redistribución de recursos, la articulación de una cultura popular nacional y los procesos de formación de un partido y un estado, que coincide con la formación de un Partido Nacional Revolucionario.

Pero este carecía de una base popular nacional, y a falta de ella, utilizaron como modelo las maquinarías políticas regionales de obreros y campesinos, movimientos basados en los maestros orientados hacia la acción y organizadores políticos. Estos movimientos buscaban liberar a los mexicanos de las servidumbres de clase, de género e ideología.

Lázaro Cárdenas utilizaría posteriormente estas tácticas para ganarse la adhesión d la población, pues distribuyó miles de hectáreas de tierra y casi la mitad del presupuesto en educación.

La educación rural debía satisfacer necesidades económicas, transformando los sistemas de producción distribuyendo la riqueza con fines colectivistas.

En 1931, Narciso Bassols como secretario de la SEP estableció prácticas educativas nacionales que eliminaron políticas populistas regionales. Consideraba a la religión como un instrumento que asfixia a las masas, la religión se convirtió en un enemigo de la SEP.

La enseñanza religiosa quedaría prohibida en todas las escuelas y se institucionalizaría la educación racional y científica basada en los postulados del socialismo mexicano. La introducción de la educación socialista en el reformado artículo tercero constitucional.

Establecía que la educación impartida por el estado sería socialista, se excluía todo lo religioso combatiendo el fanatismo, debía ser laica, asegurando la libertad y la igualdad, libertad de creer en otro tipo de religión sin ser reprimido o discriminado, no existía una dominación de una religión sobre otras.

Pero también la educación recae sobre el estado y este se encargara de desarrollar todas las facultades del ser humano y el amor a la patria.

Cabe resaltar que en la reforma educativa, intervinieron varias corrientes de pensamiento, y una de ellas fue el marxismo, que tuvo una importante repercusión en la vida cultural y política de esa época.

Había una influencia de la URSS y la literatura marxista se puso de moda entre los intelectuales, solo que su divulgación tenía escasa tradición académica, y venía en textos de segunda mano; prevalecía una concepción doctrinaria a causa de ser mayormente construida por propaganda soviética. Vemos esta influencia todavía en los murales de Diego Rivera.

En el discurso marxista hubo aspectos de pobreza intelectual pero también propuestas pedagógicas y prácticas educativas de indudable validez.

La actividad educativa tendría que ser clasista por los sujetos a los que estaba encaminada y por el tipo de conocimientos y valores que debían transmitir. Educar al pueblo mediante una conciencia histórica, la crítica y erradicación de valores burgueses reemplazar la visión burguesa por la del proletariado, una educación dogmática en cierto sentido.

Hubo quienes como, Enrique González, se declararon a favor de que el  marxismo se difundiera dentro de la academia, pero en el marco de la libertad de cátedra y no como sistema único. 

También Jorge Cuesta escribió artículos políticos en contra de la educación socialista; hubo una diversidad de posiciones. La imprenta fue un instrumento del estado para contrarresta a la oposición a la reforma socialista, pero funcionarios, maestros y dirigentes políticos también hicieron públicas sus opiniones.

La ecuación socialista no tuvo una doctrina única, existieron prácticas educativas como la educación racionalista, la pedagogía de la acción y el modelo soviético.

La educación paso por diferentes variantes, buscando por el comienzo un país homogéneo, primero conformando una nación donde todos somos iguales, con una identidad que nos distingue de los demás estados-nación.

Para ello, un primer paso fue enseñar el español, ya que existían diferentes etnias con distintas lenguas, educándolos en un modo de producción capitalista, que sean productivos para dejar de ser pobres, hacer aun lado sus costumbres y tradiciones.

Crear una raza diferente, ser modernos y esto implica dejar a un lado la religión, ver al mundo y al universo de manera racional, el fanatismo religioso representa lo primitivo y atrasado.

La política cultural pasará por varios estadios de los cuales, algunos fueron benéficos y otros tuvieron consecuencias graves, pero que nos permite comprender hacia donde va y el por qué de su situación



BIBLIOGRAFÍA

Artículo 3ero constitucional. Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos.

Loyo Engracia. Gobierno Revolucionarios y Educación Popular en México. Ed. Colegio de México, 1999.

Pena Ruíz, Henri La laicidad. Ed. Siglo XXI, México, 2002.

Vaughan, Kay Mary La Política Cultural Revolucionaria Secretaría de Educación Pública. Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 2000.

Quintanilla Susana,  Vaughan Mary Kay Escuela y Sociedad en el Periodo Cardenista. Ed. Fondo de Cultura Económica, Mexico, 1997.

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