martes, 7 de diciembre de 2010

“Relación entre Estado y la Iglesia Católica en asuntos de educación durante el sexenio de Vicente Fox”

Por: Thelma Amaya Hernández


Introducción.

El propósito del presente ensayo es describir algunos acontecimientos que se han dado en torno a la relación entre Estado e Iglesia Católica en asuntos de educación. Dando continuación a mi ensayo “Construcción Nacional con tintes de laicidad educativa. En el cual describí que en el transcurso de la historia de México, primeramente podemos hablar de una disputa por la impartición de la educación entre Estado e Iglesia, pues podemos recodar que las primeras modificaciones del artículo 3º se dieron en torno a dicha disputa. Por ejemplo, las reformas constitucionales en el periodo de 1934 a 1946, donde los principales cambios fueron el establecimiento de la educación socialista para luego abandonar ese término por una educación laica. Sin embargo, para tiempos del gobierno de Vicente Fox, la disputa de la impartición de educación fue perdiendo sus delineamientos dándose así un ambiente de conciliación entre Estado-Iglesia. El debate ya no se dio sobre quién debe impartir educación sino que la Iglesia hizo pronunciaciones sobre cómo se bebe de impartir, principalmente la educación sexual.


Esto último fue analizado en torno a lo que Pierre Bourdieu conoce como violencia simbólica: mecanismo fuerte para pretender el orden social. Curiosamente, dicha violencia se ejerce a los agentes con el desconocimiento de estos. Así mismo, recurrí a la teoría sociológica sobre educación de Emilio Durkheim para aclarecer el concepción de educación como proceso social, mejor dicho, como hecho social;  y contrastarlo con la perspectiva de educación que el sexenio de Fox fomento consolidando un Estado que jugó con el adjetivo de laicidad cuantas veces quiso.

Recordando el último acontecimiento descrito en mi ensayo Construcción Nacional con tintes de laicidad educativa. es decir, cuando se creó en 1950 una circular de la Dirección General de Enseñanza Primaria en los estados y territorios con el objetivo de verificar la no existencia de elementos religiosos en las escuelas y años después, el 12 de Diciembre de 1950, para la afirmación prioritaria del Estado en la toma de decisiones en asuntos educativos, el Presidente Adolfo López Mateos decretó la creación de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, con iniciativa en 1944 por el secretario de Educación Pública Torres Bodet.

Ante el acto gubernamental arriba mencionado, no se hizo esperar la reacción por parte de la Iglesia y comienza una serie de reclamos públicos. Una de las inconformidades significativa, fue la expresada por el Partido Acción Nacional, no tanto por lo antipedagógico e ilegal de la implantación de los textos, sino por la evidente relación con la Jerarquía Eclesiástica demandando la protección de los “valores cristianos”. Dicha demanda, entre otras cosas, se daría a conocer en la Revista “La Nación”, publicación en donde no solo se sustentaba tesis política clásica del partido, sino que se daban noticias y se hacían comentarios acerca de la Iglesia, se hacían invitaciones a actos de culto y se publicaban documentos episcopales.

Es hasta aquí donde se detiene mi atención, para el presente ensayo, pues sobre la lucha por la laicidad educativa, percibo que en el sexenio de Fox (de nuevo un gobierno panista) se da una similar disputa sobre quién debe impartir la educación. Sin embargo, parece ser que el Estado ya no lo disputara con la Iglesia si no que se da un clima de conciliación entre estos (y no solo en asuntos educativos). Así mismo, planteo que la discusión ya no se da en torno a quien debe impartir la educación sino como se debe y que es lo que se debe impartir, principalmente en temas de educación sexual.

Siendo así, las opiniones que emitió la Iglesia desde antes de que Vicente Fox intentara ser presidente sobre educación sexual, principalmente sobre el uso de métodos anticonceptivos y su rotunda oposición al aborto responden a lo que Bourdieu conoce como violencia simbólica: mecanismo fuerte para pretender el orden social. Curiosamente, dicha violencia se ejerce a los agentes con el desconocimiento de estos.

Para entender a Bourdieu, tenemos como primer punto que para él, la sociedad al igual que en el marxismo, es una estructura de clases sociales en lucha. Sin embargo, no hay prioridad de lo subjetivo sobre lo objetivo así como lo simbólico y lo material son indisolubles. Por lo tanto,  no estudia a la sociedad con la división  entre estructura  y superestructura si no que media la interacción entre estas, con su teoría de campos, lo que implica pensar en términos de relaciones.

Para Bourdieu un campo es “un conjunto de esferas de juego, relativamente autónomas, que no pueden reducirse a una lógica única”[1] es decir, no tienen un conflicto central. Pero para que el campo exista como tal deberá tener un capital común y darse la lucha por su retención, De esta manera, el estudio de un campo estará determinado por el estudio de los agentes que luchan dentro de él, pero no en función de cantidad sino de las posiciones que dichos agentes ocupan. Por lo tanto, se convierte en un espacio de conflictos y competición por monopolizar el capital característico del campo, siendo así, dominados y subordinados son las posiciones que hay dentro de él. Por último, “las fronteras entre un campo y otro sólo pueden determinarse por la investigación emperica, que señalara cuales son los efectos del campo que no pueden reducirse a las cualidades de los participantes[2]

Para Bourdieu dentro del campo existen tres tipos de capital: el clásico, el social y el cultural. Y dependiendo de la cantidad que cada agente distribuido en el campo tenga de capital, se definirá su posición. Así también, advierte que para analizar el campo se necesita establecer la posición de un campo en relación con otros campos, para después establecer la estructura objetiva de las posiciones de los agentes, apoyado del estudio de sus habitus. Los cuales para Bourdieu son: “el conjunto de modos de ver, sentir y actuar que, aunque parezcan naturales son sociales. Es decir, están moldeados por las estructuras sociales” [3] en otras palabras, conductas aprendidas. Siendo así, Bourdieu comparo al campo con el juego, por lo que los habitus serian las reglas que permitirán a los agentes jugarlo.

Sin embargo,  a parte de los tres capitales arriba mencionados, Bourdieu también habla del capital simbólico: “la capacidad para anular el carácter arbitrario de la distribución del capital haciéndolo pasar como natural” [4] es decir, imponer la verdad, estableciendo la diferenciación social para clasificar los grupos sociales. De ahí que se de la violencia simbólica entendiendo esta como un mecanismo fuerte para pretender el orden social. Curiosamente, dicha violencia se ejerce a los agentes con el desconocimiento de estos.

Para entender mejor lo anterior, Bourdieu parte del planteamiento sobre la modernidad,  “Ser modernos es encontrarnos en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros y del mundo y que, al mismo tiempo, amenaza con destruir lo que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que somos” [5] . De esta manera, para José Joaquín Brunner la modernidad en los llamados países centrales está caracterizada primeramente por otorgarle un lugar central a lo intelectual, esto debido a la expansión que tuvo la ciencia y la tecnología, así como la masividad de la educación superior apoyada de la revolución de la información y la comunicación. Pero también la inquietud y angustia provocadas por las revoluciones tecnológicas, sociales, políticas y culturales  son otro fenómeno de la modernidad.

Dicho lo anterior, la paradoja de la modernidad consiste en que por un lado declara a los sujetos como libres, autónomos y de derecho, pero por el otro deben ser regulados, controlados y automatizados. Es aquí, donde Bourdieu plantea como una de las deudas pendientes de la modernidad el papel de la educación y los intelectuales, ya que pare él, estos campos pueden favorecer a la distribución desigual de los bienes culturales esbozándose como espacios donde surgen con fervor luchas simbólicas. Es por esto que si bien no fue su especialidad, uno de los aspectos de la obra de Bourdieu es la sociología educativa, pensándola entorno a los conceptos de campo, habitus, capital (cultural, social, económico) capital simbólico y violencia simbólica.

Siendo así, algunos estudios de Bourdieu dieron pie a una Revolución en la pedagogía; debido a que su obra nombrada “La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza” que escribió con la colaboración de Passeron genero un nuevo debate en toda Francia, ya que dicha obra concluyo que: “La institución escolar contribuye a reproducir la distribución del capital cultural y, por ende, la reproducción de la estructura del espacio social”[6], es decir, desigualdades ya existentes, ya que, la organización de las instituciones da preferencia a quienes poseen la “gran cultura”. Esta conclusión la dan a partir de lo que llamaron la arbitrariedad cultural que no es más que manifestaciones culturales que se imponen como objetivas, naturales y evidentes. Así mismo, la definición de violencia simbólica es fundamental para los autores, dicha violencia se impone como un sistema cultural determinado con el consentimiento de los propios dominados. Siendo así, para Bourdieu la consolidación del poder simbólico se da en la escuela, en el arte, la región por mencionar algunos.

De esta manera, para conservar ese poder simbólico, la Iglesia católica en México ha hecho uso de los medios de comunicación, de lo cual sin hacer un exhaustivo recorrido por la historia podemos destacar que la utilización de los medios de comunicación por parte de la Iglesia Católica siempre ha sido de gran interés para esta. Ya desde 1914 la Pía Sociedad de San Pablo pretendía difundir el “apostolado” en medios como el cine y publicaciones. Por lo que, a lo largo de décadas debido a que en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público se prohíbe que las iglesias o ministros de culto poseen o administren medios de comunicación, se ha dado pie a un debate acerca de si la Iglesia debe o no contar con sus propios medios de comunicación masiva. 

En dicho debate, la parte conservadora católica argumentaba para 1987 en voz de Ricardo Cuellar Romo secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que para luchar contra la difusión de los métodos anticonceptivos el clero necesitaba el acceso a los medios de comunicación. De la misma manera Obispos como Luis Reynoso y Javier Lozano demandaban el contar con sus propios medios de difusión social. En 1994, quien afirmo que los medios de comunicación eran un buen recurso para la evangelización fue el obispo auxiliar de Toluca Francisco Robles Ortega, pero a diferencia de estos, para 1992 el arzobispo de Monterrey Adolfo Suárez Rivera  argumentaba que el clero simplemente debería influir en los medios de comunicación sin tener que contar con ellos. Sin embargo, para 1997 el cardenal Norberto Rivera y el obispo Genaro Alamilla transformaron esa argumentación en una exigencia de reforma legal para que la Iglesia pudiera tener una mayor presencia en los medios masivos y en la educación.

La anterior exigencia, la podemos ver esbozada en publicaciones como “Desde la Fe” (transmitir el mensaje del evangelio)  y “Nuevo Criterio”, espacios de la prensa donde además de centrar su objetivo como apoyo a la “Nueva evangelización de la Ciudad de México” está dirigida a los católicos fieles a la liturgia dominical.  “Nuevo Criterio” tenía una línea editorial pronunciadamente antipriísta, antioficialista y propanista”[7], por lo que en cuestiones de población y sexualidad difundió artículos donde se criticaba fuertemente a las posiciones contrarias a las doctrinas de la iglesia, como los programas de educación sexual en los que se pretendía usar el concepto de diversidad sexual, por mencionar uno. Otro tipo de publicaciones de este tipo son la Gaceta Oficial del Arzobispado. Así mismo, la presencia de la Iglesia Católica para 1997 se daba en medios de comunicación como la radio con programas como La voz del Arzobispo, Escuela para padres y Así es la vida. En televisión se lograron transmitir spots sobre sexualidad, con el objetivo de “dignificar la actividad sexual y evitar que continúe desvirtuándose el concepto de reproducción, después de que el sexo se enfoca más al lado del placer y la lujuria”[8]

Respecto al nombrado arzobispo de México desde 1995, Norberto Rivera, no debemos olvidar que su trayectoria “Ha adoptado una línea muy conservadora en los temas referentes a sexualidad, salud y población. Se ha opuesto de manera radical al uso de métodos anticonceptivos, al uso del condón, el aborto y la pornografía, ha criticado a liberales, feministas, e intelectuales, y ha pedido mayor injerencia de la Iglesia en educación y en la vida política”[9].

Pero no sólo los líderes de la Iglesia Católica han emitido opiniones sobre una exaltación de lo religioso en asuntos educativos, el mismo Fox ha emitido declaraciones como que la constitución de Guanajuato serían su creo y su bandera, una constitución “capaz de producir ciudadanos religiosos, amantes de la nación y útiles al estado”[10] cuando tomo posesión de dicho estado y años después como candidato a la presidencia se contradijo al decir que en el tema de la educación era necesario “superar jacobinismos y que era conveniente que –algunas- escuelas públicas pudieran optar por la educación religiosa, pero a la vez se declaró defensor del artículo 3º constitucional”[11]. Situándose así en un ambiente de contradicciones sobre asuntos educativos (y por supuesto en otros ámbitos).

De la misma manera, en su autobiografía Fox afirma que de llegar a la presidencia se dará una evolución de una educación pública, laica y gratuita a una educación de la misma índole pero tendrá que ser una educación de calidad y con valores. Así, ya para el 2000, en una reunión con maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) el presidente panista se pronunció una vez más por una educación con valores y formación familiar exhortando a los maestros “a repensar el programa educativo nacional y a luchar por una educación que forme los valores… luchar por una participación social en la educación con mayor involucramiento de los padres de familia y la comunidad mediante la creación de consejos municipales”[12] , lo cual, seguramente obedece a un involucramiento de los padres de familia que apoyaban al PAN, especialmente la UNPF. De esta manera, al hablar de una educación con valores, cabe preguntarse a qué tipo de “valores” se refiere Fox, ya que si son los promovidos por la Iglesia Católica con base en una ideología conservadora y creencias religiosas que promueven la abstinencia sexual y la autoridad de los padres sobre sus hijos, se abre la puerta a la introducción de una educación confesional dejando de lado a la educación laica.

Sin mencionar más declaraciones de Vicente Fox, podemos resumir dichas pronunciaciones “en varias cartas que para el 2000 envió a la CEM y al nuncio Leonardo Sandri, en las que ofreció a la jerarquía católica los siguientes puntos: promover el respeto al derecho a la vida desde el momento de la concepción hasta el momento de la muerte natural, apoyar el fortalecimiento de la unidad familiar, respetar el derecho de los padres de familia a decidir sobre la educación de sus hijos, promover el libre acceso para la asistencia espiritual y religiosa en los centros de salud, penitenciales y asistenciales; instituir un régimen fiscal especial para las iglesias, permitiéndoles deducir impuestos si intervienen en desarrollo humano; homologar estudios de los seminarios con los de las instituciones públicas, abrir el acceso de los medios electrónicos a las iglesias, hacer más claros los requisitos que se piden a los ministros de culto para ingresar al país y ampliar la libertad religiosa eliminando la contradicción que existe entre el articulo 24 y 130”[13]

Dicha contradicción se refiere a que si bien en el inciso E del artículo 130 constitucional se establece que: “los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión publica, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios”[14]. En el artículo 24 se plantea que: “todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley”[15]. Siendo esto último lo que según Fox lo abala como un hombre libre de fe. Sin embargo, se le olvido que “fungía” como presidente y como tal también se le olvido terminar de leer dicho artículo, ya que al final de este, se establece que: “los actos religiosos de culto público se celebraran ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de estos se sujetaran a la ley reglamentaria”. Así que las apariciones de Vicente Fox con el estandarte de la virgen de Guadalupe en actos públicos, no debería estar sujeto más que a dicha ley reglamentaria.

Sin embargo, una de las declaraciones más preocupantes para la laicidad educativa es la que realizo Fox sobre: “hoy, más que nunca, Estado e Iglesia deben buscar la coordinación de sus actividades, para aspirar a consolidar sociedades fuertes tanto en lo material como en lo espiritual”[16]. Una paradoja que en asuntos de educación Durkheim nos plantea mejor, ya que él plantea que teniendo la educación una función esencialmente social, el Estado no puede ignorarla, sustentando esto con el argumento de que es necesaria una homogeneidad nacional, pues no debemos olvidar que Durkheim creía en la posible existencia de un consenso moral colectivo para la estabilidad y orden de la sociedad (pero no un orden y moral religiosos que la Iglesia católica en México ha tratado de imponer). De esta manera, “El Estado, por tanto, tiene en la educación el papel fundamental: la educación al ser servicio público, tiene que estar en sus manos, la educación tiene que ser estatal, pues como se desprende de su sociología política, este es para él un órgano especializado de la sociedad, encargado de la regulación de sus miembros y también de ordenar las relaciones entre esa sociedad y otra”[17]. Sin embargo, advierte Durkheim, la intervención del Estado en asuntos educativos no implica que ellos estén al servicio de algún partido político o ideología política, perspectiva que Vicente Fox evidentemente no compartió durante su sexenio.

Pero para entender mejor el planteamiento de Durkheim arriba mencionado, describamos mejor lo que fue su teoría de la educación. En la teoría sociológica de Durkheim, el papel singular que ocupa la educación le permitió crear su sociología de la educación, así como análisis de las funciones del sistema escolar. Dichos estudios le permitieron relacionar las diferencias culturales con las desigualdades de posición y clase, ya que, la sociedad que analizo Durkheim, es la industrial, de la cual sostiene que se trata de una sociedad desintegrada debido a conjunto de conflictos que la mantienen en una crisis, es decir, en una constante falta de cohesión social. Panorama que no se aleja mucho del México actual. Para Durkheim, la educación y el sistema de enseñanza son agentes necesarios para lograr la cohesión social.

De esta manera, antes de explicar lo referido a educación como socialización en Durkheim, no debemos olvidar que su sociología de la educación inicio como una crítica de la educación desde la perspectiva idealista alemana, principalmente lo planteado por Kant sobre que “La educación es el instrumento que los hombres se han dado para perfeccionar su naturaleza, llevándola a su máximo desarrollo posible… diamante en bruto que la labor educativa pule y perfecciona”[18]. En Kant, la ética es fundamental, por lo que sus análisis pedagógicos trataron de determinar lo que debería ser la educación (el deber ser) dejando de lado lo que es o ha sido. De esta forma, la educación se concibe como un instrumento moralizante que permitirá al hombre alcanzar todas sus aspiraciones.

Esta concepción kantiana, creo que se podría ver reflejada en el propósito de la “Guía para padres” publicada por la Fundación Vamos México de Martha Sahagún y el SENTE, el cual, describe la misma fundación es: un concepto integral que promueve la cohesión y el desarrollo familiar, fomentando una relación más cercana de los padres y los hijos, aspirando a transformar a los padres en mejores acompañantes”[19]. A lo que aseguraría Durkheim que dicha concepción, no contempla la reproducción y conservación de la cultura sino solo trata, a partir de un ideal preexistente mejorar la humanidad.

Para refutar dicha concepción, Durkheim plantea que “la educación hay que estudiarla en lo que es, o sea, como hecho social, desde fuera como si se tratase de una cosa… tal como se da en la realidad, es decir, como un conjunto de prácticas sociales y de instituciones sociales”[20]. De esta manera, no se limitara a la educación como simple desarrollo de la naturaleza del hombre, sino que habrá de humanizar al hombre, ya que este no es resultado de un proceso de extracción sino de producción de sociedades concretas. Por lo que, “la educación no es creación espontanea del individuo, sino producción del mismo. Pero producción cultural y no meramente natural”[21]. Respecto al papel individual del hombre, Durkheim planteo que a pesar de que el individuo es asocial, no hay un enfrentamiento de este con la sociedad, sin embargo, el  instrumento mediador es la educación, que al utilizarlo se convierte en un proceso educativo que no tendrá otro fin más que el de socialización. Para constituir al hombre como ser social se tendrá que dar la relación entre los dos seres planteados por Durkheim, esto será de la educación su objetivo. “El uno está constituido por todos los estados mentales que no se refieren más que a nosotros mismos y a los acontecimientos de nuestra vida…El otro es un sistema de ideas, de sentimientos y de costumbres que expresan en nosotros, no nuestra personalidad, sino el grupo o los grupos diferentes en los que estamos integrados…opiniones colectivas de todo tipo”[22].

Dicho lo anterior, Durkheim también afirma que en cada sociedad a través de la educación se impone su cultura autentica y legitima, dicha tarea está a cargo de la función de las instituciones escolares. Sin embargo, el objetivo y contenido de la educación no debe ser producto del conjunto de las voluntades de las instituciones (como lo pretendió hacer la Iglesia Católica en México) ya que el sistema de enseñanza no tiene autonomía con respecto a la sociedad, pues son las sociedades concretas quienes construyen la práctica educativa, la cual según Durkheim, debe cumplir la tarea de socialización sistemática diferencial y ante este proceso, el sistema educativo tiene que ser a la vez múltiple y único, cumpliendo una doble función ya sea como un instrumento de homogenización o como uno de diversificación. “La educación perpetua y refuerza dicha homogeneidad fijando…las similitudes esenciales que requiere la vida colectiva. Sin embargo, por otra parte, sin una cierta diversidad toda cooperación resultaría imposible…”[23].

Respecto a la práctica educativa, Durkheim plantea que las relaciones pedagógicas son relaciones de dominación, dominio de las almas, por lo que la acción educativa es una labor de imposición, coerción y dominación (es el proceso de legitimación de una determinada cultura) por parte del maestro en el caso del sistema educativo y no, una simple comunicación entre el educador y el educando, el primero deberá ser el representante del sentido del saber, sin sentirse impotente, sino por lo contrario,  asustado si abusa de su poder. Pero si bien para Durkheim las relaciones educativas siempre se constituyen de autoridad y poder, plantea que no se trata de una autoridad violenta, brutal y material sino una dominación del individuo animal por el medio socio-cultural para crea el sentido de autonomía, reflexión y elección en cada uno de nosotros.

Así mismo, la educación para Durkheim tiene un contenido moral, pero enteramente racional que tendrá que estar constituido por la disciplina, la adhesión a los grupos sociales y la autonomía de la voluntad. De la misma manera, “al tener la dominación una dimensión moral y no material, las relaciones educativas no tienen porque implicar la dominación, el conflicto o la explotación de unos hombres o grupos o clases por otros”[24]. Sin embargo, a medida que la realidad social se complejice, las relaciones sociales se vuelven más conflictivas, por lo que la educación se convierte en el instrumento de grupos con determinados intereses económicos, políticos e ideológicos para reproducir las condiciones sociales y materiales que les permitan mantener su dominación. Esto, deja de lado la idea de educación como la interiorización de la cultura.

Dicha necesidad de conservar la dominación de la Iglesia católica tanto en ámbitos económico, político e ideológicos se ve reflejada en la estrecha relación entre esta y el sexenio de Vicente Fox, instrumento que le permitió a la Iglesia volver a salir de los templos para legitimar su poder, sin olvidar que tanto Fox como personajes de su gobierno propiciaron también a que dicha relación se consolidara. Los siguientes acontecimientos, sin dar una descripción exhaustiva (mencionando los más relevantes) dan muestra de lo anterior.

Para julio del 2001 el PAN solicito un plazo de 24 horas para consultar si apoyaría el pronunciamiento en defensa del Estado laico que emitió la Comisión de la Asamblea Legislativa en el cual una de sus declaraciones establecía que “es preocupante el hecho de que hoy en México todavía se confundan los valores morales y religiosos, que cada individuo tiene derecho a sostener y profesar en su vida privada, con lo que deben ser (son, aclararía Durkheim) las instituciones y principios legales de la sociedad”[25]. Por otra parte, podemos recordar que antes de tomar posesión de la presidencia, acudió a dar gracias a la Basílica de Guadalupe. Ya como presidente para el 2002, besar la mano del papa durante su visita a nuestro país, es un acto muy criticable.

Pero ya había mencionado que no sólo Fox ridiculizaba el estado laico, si no también personajes como su esposa Martha Sahagún quien en febrero del 2003 en la Universidad Tecnológica de Ciudad Netzahualcóyotl pronunció un discurso religioso en lo que fue un seminario contra las adicciones. De la misma manera, el nombrado Secretario de Trabajo Carlos Abascal, en un acto público encomendó su gabinete a la Virgen de Guadalupe, a la cual pidió también que el pueblo mexicano se encomendara para la solución de sus problemas económicos. Y así podríamos seguir enlistando muchos más actos como los anteriores. Sin embargo…


Conclusión.
Puedo concluir que desde su campaña electoral, Vicente Fox construyo el escenario de un gobierno aliado con la jerarquía católica, grupos conservadores y el ala más derechista del PAN. En donde pudimos observar que acciones como el endurecimiento de la legislación sobre el aborto (defensa de la vida desde la concepción) y la influencia religiosa en la educación, responden a los estudios de Bourdieu sobre la violencia simbólica; violencia que se impone como un sistema cultural determinado con el consentimiento de los propios dominados. Siendo así, para él la consolidación del poder simbólico se da en la escuela, en el arte, la región por mencionar algunos. Por otro lado, otorgar espacios de acción política y concesiones fiscales al clero católico respondieron más a intereses de la extrema derecha que a demandas populares, que la misma campaña de Fox prometió cumplir. De esta manera, se reafirmar el planteamiento de Durkheim sobre que al complejizarse las relaciones sociales se vuelven más conflictivas, por lo que la educación se convirtió en el instrumento de grupos con determinados intereses económicos, políticos e ideológicos, en el caso de sexenio foxista, grupos conservadores de ultraderecha y la Iglesia Católica; para reproducir las condiciones sociales y materiales que les permitieron mantener su dominación. Lo que  dejo al margen la idea de educación como la interiorización de la cultura.

Bibliografía.

  •        Flachsland, Cecilia. “Pierre Bourdieu y el capital simbólico”. Campo de Ideas. Madrid 2003.
  •         González Ruiz Edgar “La última cruzada de los cristeros de Fox” Grijalbo. México 2001. págs. 255.
  •          Usátegui Basozabal Elisa “La educación en Durkheim: ¿socialización versus conflicto?”, Revista Complutense de Educación, vol. 14, núm. 1,  2003 págs. 175-194.
  •         Villaseñor Guillermo “Estado e Iglesia el caso de la educación” Edicol. México 1978 págs. 198.
  •         Yáñez Delgado Alfonso  “De Ruffo a Vicente Fox. Acciones y contradicciones del panismo”. Editorial Puebla Mágica. México 2004. Pág. 139-161. Consultado en:  http://www.segen.buap.mx/au/otras_publicaciones/fox.pdf



·         Artículo 130 constitucional consultado en: http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/131.htm
·         Artículo 24 constitucional consultado en:  http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/25.htm?s=



[1] Cecilia Flachsland,. “Pierre Bourdieu y el capital simbólico”. Campo de Ideas. Madrid 2003, pág. 48
[2] Ibid. 50
[3] Ibid. 53
[4] Ibid. 56
[5] Ibid. 65
[6] Ibid. 70
[7] Edgar González Ruiz “La última cruzada de los cristeros de Fox” Grijalbo. México 2001. Pág. 118
[8] Ibid. Pág. 126
[9] Ibid. Pág. 108
[10] Ibid. Pág. 217
[11] Ibid.
[12] Ibid. Pág. 228
[13] Ibid. Pág. 218
[14] Artículo 130 constitucional consultado en: http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/131.htm
[15]Artículo 24 constitucional consultado en:  http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/25.htm?s=
[16] Edgar González Ruiz “La última cruzada de los cristeros de Fox” Grijalbo. México 2001. Pág. 160.
[17]  Elisa Usátegui Basozabal  “La educación en Durkheim: ¿socialización versus conflicto?”, Revista Complutense de Educación, vol. 14, núm. 1,  2003 págs. 175-194. Pág. 187
[18] Ibid. Pág. 178
[20] Elisa Usátegui Basozabal  “La educación en Durkheim: ¿socialización versus conflicto?”, Revista Complutense de Educación, vol. 14, núm. 1,  2003 págs. 175-194.Pág. 180
[21] Ibid. Pág. 182
[22]Ibid.  Pág. 184
[23]Ibid.  Pág. 185
[24] Ibid. Pág. 189
[25] Alfonso Yáñez DelgadoDe Ruffo a Vicente Fox. Acciones y contradicciones del panismo”. Editorial Puebla Mágica. México 2004. Pág. 139-161. Consultado en:  http://www.segen.buap.mx/au/otras_publicaciones/fox.pdf





2 comentarios:

  1. Profesora:
    Quiero subir mi vídeo, pero se tarda mucho. Por favor cuando logre subirlo ¿Puede checarlo?

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  2. Ya lo vi Thelma, está bien la idea central del tabajo y has avanzado en la argumentación. EEspero no dejes el tema, por su pertinencia e importancia para la defensa del estdo laico.

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